Zújar

De la Alcazaba, declarada Bien de Interés Cultural, sólo quedan restos, y las Torres Vigía de origen nazarí se encuentran en muy distinto estado de conservación: las de la Ermita Vieja y de Los Morrones son igualmente Bien de Interés Cultural, la de la Cuna está en buen estado y sólo quedan vestigios de las del Cerro Jaufil y el Mazaile. La iglesia de la Anunciación fue construida en el siglo XVI sobre una mezquita y reconstruida en el XVIII en estilo neoclásico con fachada y techos imitando el barroco. Hay que destacar las ermitas de la Santa Cruz, San Roque, San Marcos y Virgen de la Cabeza; los caños de la Sima, Jorge, San Leandro y los Gregorios; las fuentes de Las Doncellas, Alcanacia y Fuente Grande, y las casas residenciales de José María de la Torre (estilo morisco, siglo XVI), de los Rebolledo o Cuartel Viejo (siglo XVII), de la Torre, del Balcón Largo y de Eladio Hortal (siglo XVIII). El Pósito, de la época de Carlos III, se encuentra muy deteriorado, y una destilería del siglo XIX funciona como almazara y conserva su chimenea. Peculiaridades Zújar tuvo desde el siglo III antes de Cristo y hasta el siglo XX un balneario de aguas termales y minero-medicinales que fue citado por Plinio y explotado hasta que lo cubrió el pantano del Negratín. Las fiestas de Moros y Cristianos, en Cerro Jabalcón, son las más antiguas de la provincia pues datan del siglo XVII sin interrupción y el texto de su representación fue recopilado por escrito en el siglo XVIII y se mantiene. Como tradiciones, el Día del Ángel se reparten roscos de veinte centímetros de diámetro en recuerdo de un episodio del siglo XVII, cuando tras una dura plaga de langostas se repartió pan y queso a la población para que comiera.

Historia

Aunque el expolio y la desidia han acabado con los posibles yacimientos arqueológicos, algunos historiadores sostienen que en este lugar hubo un poblado durante el Neolítico y que por aquí pasaron también las culturas argárica y fenicia. Por escrito sólo consta la presencia romana desde los siglos IV y III antes de Cristo y su inclusión como Hactara en el Itinerario Antonino del siglo III. Ya en esa fecha se aprovechaban sus aguas termales y se construyó el balneario. Para los árabes fue Sujayra, y en el siglo XIII se constituyó en avanzada nazarí contra las tropas acuarteladas en Cazorla. De ese tiempo son los barrios de la Alcazaba, Arraf Montairt y El Lugar. Ofreció una gran resistencia a los Reyes Católicos, que destruyeron su fortificación. Tras la expulsión de los moriscos, que constituían el noventa por ciento de su población en aquel momento, fue repoblado por cristianos castellanos. Poco a poco fue desarrollándose y en el siglo XVIII se pobló el barrio de Abatel, de casas-cueva.