Casa del Padre Suárez

La Casa del Padre Suárez es una construcción de la primera mitad del siglo XVI levantada sobre otra vivienda anterior que perteneció a Diego de la Cueva, conquistador de Guadix. Con posterioridad pasó a ser propiedad de Cidi Yahia, después de Pedro de Granada Venegas y en 1510 de Alonso Suárez de Toledo, quien vino al servicio de los Reyes Católicos como su mayordomo cuando el ejército castellano tomó Granada. Su hijo fue Gaspar Suárez de Toledo, oidor de la Chancillería y padre a su vez del famoso filósofo jesuita P. Francisco Suárez de Toledo Vázquez de Utiel y González de la Torre, conocido por el sobrenombre de “Doctor Eximio” y a quien debe su actual denominación. En el siglo XVIII pasó a sus sobrinos, los vizcondes de Rías, y luego al marqués de Corvera, actual poseedor de dicho título y emparentado con la misma familia Suárez de Toledo (al igual que los apellidados Afán de Ribera) y quien acabó vendiéndola en el siglo XIX, instalando en ella entonces una fábrica de sombreros. Después perteneció al notario Felipe Campos de los Reyes, y por último y desde 1954 al Ministerio de Educación. A partir de 1966 albergó los archivos de la Real Chancillería de Granada y el Histórico Provincial, función que aún hoy desempeña y para la cual se remodeló su interior puesto que debía acoger más de nueve kilómetros de estantes con antiquísimos legajos, que actualmente están gestionados por el Ministerio y la Consejería andaluza de Cultura. 

 

Esta casa señorial aparece dispuesta al exterior mediante una fachada hoy muy remodelada por la característica composición de tres alturas con sencillos vanos rectangulares dispuestos regularmente más dos torres en sus extremos, de las que sólo la instalada en la esquina derecha es original de su época de construcción (con tres arcos de medio punto, pilastras y alero de canes, todo de ladrillo, se dispone sobre un ventanuco cuadrado que se decora con puntas de diamante y una cabeza animal en su centro) mientras que la del lado izquierdo es moderna. En ella se conserva una portada original pero descentrada al ubicarse bajo la torre derecha, decorada con elementos renacentistas y consistente en un hueco adintelado enmarcado por pilastras clasicistas de capiteles jónicos muy decorados, sobre la que figura un balcón principal de hierro forjado y también apilastrado con capiteles corintios y flanqueado por grandes ménsulas vegetales (el broquel de su fundador Alonso de Toledo, que originalmente se ubicaba aquí, fue arrancado y hoy decora los muros de una vivienda particular de Huéscar). A través de su puerta se ingresa en un gran zaguán cubierto con un sólido alfarje y por el que se entra al patio, situado a la izquierda, abierto en sus cuatro lados por arcos de medio punto que apoyan sobre columnas toscanas, y alrededor del cual se organiza todo el interior. Aparece aquí dentro toda la heráldica de la familia, así como también la de sus alianzas familiares, constituidas por los linajes de Granada, y de la Cueva y Obregón.