Castillo de Dílar

El Marqués transforma la Casería de San Pablo de Dílar en un castillo, encomendándose la construcción del mismo a Francisco Ramírez Amador, en 1888. Su planta es triangular, situándose en la parte más oriental un precioso jardín francés formado por parterres, separados por setos de boj, en los que destacan un tilo, un magnolio y un antiguo y descomunal pino. Justo por debajo de él, y con vistas al mismo, están colocadas las estancias principales de la casa, algunas de ellas decoradas a imitación del arte nazarí.

 

En la parte central existe un patio que da entrada a la vivienda principal y a las naves agrícolas, situándose la zona destinada a los animales al sur. Por supuesto, está muy reformado ya que, en su concepción original, disponía de bodega, molino de aceite, caballerizas y cuadras, en torno al citado patio, que hoy en día han perdido su función.

 

Se conserva en casi todo el perímetro la cerca almenada pintada en chillón color rojizo, intentando emular –de forma extraña, ya que estaban blanqueadas- construcciones musulmanas. Ventanas geminadas con arcos angrelados, mezcladas con escudos cristianos, conforman una peculiar decoración en la que destaca la placa fundacional situada en el lado sur en la que puede leerse que el Marqués, nacido en el año 1830, tomó este castillo a los moros en el 1491.