Guadix

El más antiguo patrimonio histórico de Guadix es la Alcazaba de los siglos X y XI, siguiéndole la Catedral, construida entre los siglos XVI y XVIII sobre los restos de la Mezquita Mayor con estilos gótico, renacentista y barroco. Con artesonado mudéjar están las iglesias de San Francisco, Santiago y Santo Domingo; de estilo barroco son La Magdalena y San Torcuato, y del siglo XVI, entre otras, Santa Ana. También deben mencionarse la Plaza de la Constitución (siglos XVI y XVII, declarada Conjunto Histórico Artístico), las calles Concepción (antiguo zoco con la iglesia-convento del mismo nombre, siglo XVI) y Santa María (palacios Episcopal y de los marqueses de Villalegre, ambos del XVI) y los barrios de Santa Ana (antiguo morisco) y San Miguel (mozárabe); sin olvidar el de Santiago, el palacio de Peñaflor, la zona de cuevas habitadas, la antigua puerta de San Torcuato, las ermitas de Gracia, Fátima y San Sebastián, el Palacio Municipal (Ayuntamiento), la Judería y los arcos de la Imagen y los Obispos. Peculiaridades Una de las características fundamentales de Guadix es la cantidad de viviendas-cuevas que continúan habitadas. Se mantiene viva desde el siglo XVI la tradición del Cascamorras, personaje que la ciudad envía a Baza cada año para recuperar la imagen de la Virgen de la Piedad.

Historia

Guadix es uno de los asentamientos humanos más antiguos de España, habiéndose encontrado restos del Neandertal, Paleolítico Superior y Edad de los Metales. El periodo argárico ha dejado bastantes vestigios en toda la comarca y el municipio tiene numerosos yacimientos arqueológicos de distintos periodos prehistóricos e históricos. Se dice que el Acci antiguo colaboró con el cartaginés Aníbal y posteriormente fue colonia romana, muy importante al hallarse en las orillas de la Vía Augusta.

La época goda fue más oscura y volvió a adquirir protagonismo con la llegada de los musulmanes que rebautizaron el lugar como Medina Beni Sami, aunque terminaría prosperando el híbrido río de Acci, Wadi Asch o Guad Asd. Los llegados se refugiaron en el recinto amurallado y los habitantes anteriores a la invasión quedaron fuera y fueron luego expulsados.

Ciudad de poetas y pensadores como Ibn Tofayl y El Xustari, participó sin embargo en las guerras civiles granadinas y acabó siendo la corte de El zagal que la entregó a los Reyes Católicos en 1489. Con la conquista, los musulmanes quedaron relegados a los arrabales y expulsados tras la rebelión morisca, aunque algunos consiguieron quedarse en el hábitat de las cuevas. El siglo XIX tuvo su reflejo en la ciudad desde la invasión francesa hasta el Cantonalismo, pasando por la Desamortización.