Ugíjar

Cabe mencionar como lugares de interés en este municipio la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Martirio, del siglo XVI, con portada de estilo mudéjar; el antiguo convento de los Franciscanos, de la misma fecha, hoy en restauración; la Fuente del Arca, un pilar de cantería construido en 1785, y el Pozo de la Virgen, donde asegura la leyenda que apareció la imagen mariana de la Patrona y fue vejada por los moriscos sublevados, que además hicieron mártires en este lugar (de ahí la advocación). Hay también un curioso Museo Histórico en Jorairátar, de usos y costumbres populares de la Alpujarra, con utensilios, artesanía y objetos que en otros tiempos eran usuales en la vida de los alpujarreños, y numerosas casas señoriales que fueron edificadas entre los siglos XVI y XVII cuando Ugíjar se recuperaba de la guerra. Peculiaridades El Domingo de Resurrección sigue siendo tradición salir la población al campo y pasar el día realizando diversas actividades además de comiendo el típico hornazo. El primer viernes de agosto se celebra el Despierto de la Aurora, un rosario al alba, y el día de Navidad el llamado Baile de las Ánimas durante el que una comitiva recorre la ciudad recaudando fondos para las fiestas, en recuerdo de cuando se pedía para enterrar a los indigentes.

Historia

Situada en la parte oriental de la Alpujarra Alta, en el valle del río Nechite, es la puerta de entrada a la provincia almeriense. Podría datarse su nacimiento en la época romana, pues algunos autores defienden que fue llamada entonces Hortum Sacrum en latín, que significa Huerto Sagrado. Pero lo cierto que por escrito aparece mencionada por vez primera en las crónicas de Al Udri, en el siglo XI, después en las de Al Idrisi, en el XII, y posteriormente por Al Jatib ya en el XIV. Durante la etapa nazarita perteneció a la tahá de su mismo nombre y en 1493 recibió el título de Ciudad, cuando Boabdil era Señor de la Alpujarra en cumplimiento de una de las condiciones de la rendición de Granada. Se trataba entonces de un lugar próspero por su agricultura y estaba defendida por una fortificación en Cherín, conocida como El Castillejo, de la que no queda nada. Como en toda la comarca, la rebelión y expulsión de los moriscos marcó un cambio radical al ser repoblado el lugar por cristianos viejos procedentes de otras zonas.