Baza

Dada la antigüedad de Baza, sus primeros monumentos son como es lógico de la etapa ibérica y su máximo exponente, además de los propios yacimientos, es la Dama de Baza, de la que puede admirarse una copia en el Ayuntamiento, un edificio de estilo renacentista donde también se conserva el Pendón Real de Isabel y Fernando.

De los árabes mantiene el barrio de la Judería, de calles angostas, los baños del siglo X que utilizaron en primer lugar los judíos, y la Alcazaba del siglo XIII. Además están la Colegiata de Santa María de la Encarnación, levantada en el siglo XVI sobre una mezquita y con portada de Diego de Siloé; la parroquia de San Juan Bautista, mezcla curiosa de mudéjar, gótico y renacentista; las iglesias de la Merced, que comenzó a construirse en 1490 por orden de los Reyes Católicos y acoge a la Virgen de la Piedad, la Patrona, de Santiago y de la Presentación, edificios mudéjares del XVI, y de los Dolores, del XVIII con portada barroca.

El monasterio de San Jerónimo, fundado en 1502 por Enrique Enríquez; el convento de San Francisco, del siglo XV pero posteriormente desmontado y reconstruido en la Alcazaba, y la fachada del de Santo Domingo, del XVIII, destruido por los franceses; el palacio de los Enríquez, de comienzos del XVI, con torre mudéjar y riquísimos artesonados; el Real Pósito, de la época de Carlos III, y la fuente de los Caños Dorados.

Peculiaridades Baza mantiene una antiquísima tradición con Guadix, la del Cascamorras, personaje que llega desde la ciudad accitana cada año en el mes de septiembre para robar la imagen de la Virgen de la Piedad.

Historia

La importancia de Baza y toda su zona de influencia se refleja en su larga historia, desde que fue asentamiento ibero del pueblo de los bastetanos en el siglo IV a. C., fundada la ciudad con el nombre de Basti. Con el Imperio romano se convirtió en un gran centro comercial y en el año 713 se instalaron en ella los árabes rebautizándola como Medinata Bastha. A principios del siglo XII la ocuparon los almohades y en 1234 fue tomada por Ibn al-Ahmar que después sería primer rey nazarí de Granada. Desde ese momento incrementó su importancia hasta alcanzar el máximo desarrollo en la segunda mitad del siglo XIV, durante el reinado de Muhammad V, para después perder protagonismo a causa de la inestabilidad bélica y más tarde, al caer en poder de los Reyes Católicos en 1489, confirmar su decadencia hasta la expulsión de los moriscos. En la era cristiana ha padecido altibajos, aunque numerosos monumentos y edificios singulares confirman su importancia también en los primeros siglos, y durante todo el pasado XX ha sido centro de las actividades comerciales de una comarca deprimida.

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