Cádiar

Centro neurálgico de la comarca, Cádiar ofece al visitante la iglesia parroquial de la Encarnación, con planta de cruz latina y la ermita de San Blas, mabas del siglo XVI. El entramado callejero del Barrio bajo y la popular Fuente del Vino merecen una especial atención para el viajero que encuentra a orillas del rio Guadalfeo, reminiscencias de un pasado árabe no muy remoto. En Yátor merece la atención, el edificio de la iglesia, mudéjar, cuya torre tiene arcos de medio punto adornados con mosaicos. En Narila puede admirarse la casa de Aben-Humeya y la iglesia mandada edificar por Juana La Loca y su esposo Felipe el Hermoso, de estilo mudejar y reconstruida durante el siglo XVIII, aunque mantiene una torre del siglo XVI. Desde la ermita de Santa Rita se disfruta de impresionantes vistas panorámicas Peculiaridades Como en toda la Alpujarra, la manifestación folclórica más genuina son los trovos. Estos son estrofas de cinco versos que se cantan con acompañamiento de guitarras y violines a ritmo de fandango primitivo, y cuya característica principal es la improvisación y la rápidez con la que se componen en la cabeza del trovero. ñTrovar es rápido invento / cuya misión es unir / la rima y el fundamento / y en cinco versos decir / lo que siente el pensamientoñ

Historia

Considerada por Gerald Brenan como el ombligo de la Alpujarra, deriva su nombre según creencia muy extendida entre sus habitantes, del árabe ñal cadiñ (el juez) por haberr sido en tiempos de Al-Andalus residencia permanente del juez principal de parte de la Alpujarra oriental. La localidad debe también su fama al protagonismo que tuvo durante la sublevación de los moriscos en tiempo de Felipe II, pues fue la patria de Aben-Xaguar, tio carnal de Aben-Humeya y responsable directo de su elección para dirigir el levantamiento. El primer cabecilla de los rebeldes fue coronado rey en un olivar cercano a Cádiar, siendo en este mismo lugar donde se urdió la conspiración para acabar con su reinado. En época musulmana la población la formaban cinco barrios y dos anejos. En el siglo XV, recibió el título de villa y tras la expulsión de los moriscos quedó prácticamente despoblada, recibiendo repobladores de otras regiones españolas.