Huéscar

De la Alcazaba sólo quedan en la actualidad algunos restos de la Torre del Homenaje, pero se conservan las atalayas de Gotardo, La Encantada, Sierra Bermeja y Sierra del Muerto, todas del siglo XV. Se construyeron en el siglo XVI las iglesias de Santiago, sobre una antigua mezquita, y de Santo Domingo, convertida en teatro tras la Desamortización en el siglo XIX y hoy Monumento Histórico Artístico. De la misma época, con reformas en los dos siglos posteriores y declarada Monumento Nacional, es la Colegiata de Santa María la Mayor, concebida como auténtica catedral y con columnas corintias. También merecen mención la casa solariega de los Peralta, la Piedra del Letrero con pinturas rupestres de estilo esquemático y el canal de Carlos III, primer intento de trasvase de agua desde el Guadiana Menor hasta los campos de Lorca. Peculiaridades Dos curiosidades históricas distinguen a Huéscar: la primera, que desde 1544 hasta 1953 ha pertenecido a la diócesis de Toledo; otra que en noviembre de 1809 la Corporación municipal declaró la guerra a Dinamarca y no se firmó la paz hasta el mismo mes de 1981. Otras peculiaridades son sus paisajes, los baños públicos de Fuencaliente a una temperatura constante a 18ñ y el paraje natural de la Sequoias en la finca La Losa.

Historia

Está demostrado que en el lugar que hoy ocupa este municipio ha habido asentamientos humanos desde la Prehistoria, lo que se explicaría por su enclave geográfico privilegiado. El abrigo natural Piedra del Letrero podría corresponder al Neolítico. También hubo villas romanas como ponen de relieve los restos hallados en Cortijo de Torralba, en los alrededores de Fuencaliente, en las fuentes del río Gualdar y en el arco de la calle Alhóndiga. En la época islámica su población, agrícola y ganadera, estuvo muy dispersa, en alquerías populosas contiguas unas a otras como escribió Al-Jacubi a finales del siglo IX. En el XIII se funda la actual Huéscar y se convierte en frontera, alternativamente en manos musulmanas y cristianas, hasta la conquista definitiva para Castilla en 1488. Los Reyes Católicos le concedieron Capitulaciones, según las cuales sería siempre villa real, no entregada a señor alguno y con respeto para los islámicos en su religión y costumbres; pero eso no se cumplió y la ciudad fue entregada primero al condestable de Navarra y después al duque de Alba. La represión y expulsión que siguieron al levantamiento morisco dejó reducida a la mitad la población, que a mediados del siglo XVI era de casi 6.000 habitantes.