Huétor Tájar

Permanecen los restos de la fortaleza de Tahara, embebida por un caserío en las proximidades del Ayuntamiento. La iglesia parroquial de Santa Isabel es un templo de gran sobriedad que conserva su torre mudéjar y cuyo campanario está rematado por cuatro pináculos de influencia escurianense. Peculiaridades Huétor Tájar se ha hecho famoso por el cultivo del espárrago verde para el que ha obtenido marca de calidad y Consejo Regulador de la Denominación Específica. Se cultiva en bien cuidadas huertas regadas por el Genil y a partir de este producto se ha desarrollado una magnifica cocina propia. Otra característica es la posibilidad de dar largos paseos entre las tierras cultivadas y visitando algunas de las numerosas cooperativas. Cabe destacar que el día de San Marcos, en abril, es costumbre trasladarse al campo para comer y participar de las numerosas actividades al aire libre que organiza el Ayuntamiento, entre ellas bailes.

Historia

El origen de este municipio como tal es musulmán y su nombre podría proceder de los términos wadi (huete), que significa río, y tahara, apócope de taharal, que eran los dos núcleos de población en aquella época. Pero también hubo asentamiento romano en este lugar, como demuestran los nombres sucesivos de Vesci, Cueto y Vector hasta llegar a Huétor. Tájar fue en un principio una alquería defendida por una fortaleza llamada Tahara, Taxara y Tajara, dos veces conquistada y destruida por los cristianos, en 1482 y 1483, la última sin reedificación posterior. La fusión de los dos nombres se hizo cuando fueron tomados ambos y pasaron a propiedad de Álvaro de Luna y de Ayala, conde de Fuentiduena. De la presencia islámica quedó en la Vega una gran riqueza agrícola sustentada por un sistema de riegos que en parte se mantiene aún, aunque con un desarrollo agrícola extraordinario, sobre todo durante la segunda mitad del siglo XX.