Lobras

El anejo de Tímar es por sí mismo todo un patrimonio ya que su configuración urbana parece retenida en el tiempo y se respira en él un ambiente tranquilo y solitario. En este lugar quedan restos de unos aljibes y de una fortaleza mozárabes. En Lobras la iglesia parroquial de San Agustín fue edificada en el siglo XVI con estilo mudéjar. La de Tímar en cambio se encuentra en pésimo estado de conservación. Peculiaridades Se mantiene desde hace casi siglo y medio la tradición de sacar en procesión el día de Navidad una imagen de Jesús conocida como el Señor de la Ascensión, a la que se pidió protección durante el trágico terremoto de 1884. Se ha perdido, por el notable descenso de la población joven, la costumbre de colocar ramos en las puertas de las casas donde vivían mujeres solteras el día de San Juan Bautista. Cabe destacar que aunque los vecinos entre Lobras y Tímar apenas superan el centenar y medio, todas las viviendas de ambos núcleos se encuentran en buen uso debido sobre todo a que han sido adquiridas por familias de otros lugares que las utilizan como segundas residencias.

Historia

El origen de este pequeño municipio se remonta a los primeros años de la dominación islámica, si bien es posible que hubiera algún asentamiento anterior al hilo de una antigua explotación de mercurio que ahora está inactiva. Tras varios siglos de tranquilidad, conoció primero la guerra de la Reconquista y más tarde los violentos episodios provocados por la rebelión de los moriscos y su expulsión tras la represión llevada a cabo por los ejércitos de Juan de Austria. Desde el despoblamiento del siglo XVI, jamás ha sido un núcleo grande de población y ahora alcanza índices bajísimos debido al envejecimiento natural; aunque hay esperanza de recuperación gracias al turismo rural.