Maracena

El único patrimonio arquitectónico de Maracena es su iglesia parroquial, dedicada a Nuestra Señora de la Encarnación, que fue construida en el siglo XVI con estilo mudéjar y tiene un retablo gótico. El archivo parroquial conserva libros muy antiguos, de los siglos XV y XVI, y en el Ayuntamiento, recientemente restaurado, hay también un volumen de los primeros años del siglo XV que recoge el reparto de tierras y apeo que realizó el marqués de Mondéjar. Peculiaridades El último domingo del mes de mayo se sigue celebrando una romería para visitar la Virgen de la Ermita, que ya se encuentra dentro del pueblo debido al crecimiento de éste. Se trata de una representación mariana pintada en una pared, que según dice la leyenda se apareció a una vecina en lo que entonces era una leñera. El 17 de enero es tradicional degustar la típica olla de San Antón y la madrugada del primer día de noviembre se sigue celebrando la Castañada, que consiste en reunirse en grupos familiares o vecinales, asar castañas y comerlas.

Historia

El origen de este lugar, según Menéndez Pidal, cabe situarlo en la época hispano romana, puesto que su nombre procede del que tenía el dueño de las tierras, Maratius, más el sufijo ñenñ que luego derivó en ñenañ. Durante la última etapa islámica, la entonces alquería de Maracena pasó a formar parte de la Cora de Elvira y sufrió el hostigamiento de los ejércitos cristianos que preparaban ya el asalto final a Granada. Con la conquista quedó incluida en el Corregimiento de la capital y tras la expulsión de los moriscos fue repoblada con 200 nuevas familias castellanas. A partir del siglo XVIII empieza una recuperación económica y de población que la ha convertido en uno de los municipios más prósperos de las Vegas Altas del Genil. Entre 1834 y 1885 sufrió tres devastadoras epidemias de cólera.