De paseo por Pinos Genil

En la carretera que asciende desde Sierra Nevada a Granada, a sólo 10 kilómetros de esta ciudad, encontramos Pinos Genil. La estrechez de la calle de entrada ya nos empieza a indicar el pasado musulmán del lugar, cosa por otra parte lógica dada la excepcional situación del pueblo, junto al río y rodeado de fértil vega. En realidad, no se sabe si estamos en un pueblo junto al río o al revés, ya que ambos parecen estar soldados, adaptándose las edificaciones al recorrido del agua como si no quisieran separarse.

Pero el río, aparte de la abundancia de agua, hace otro favor a Pinos Genil: le dota de unas temperaturas diurnas en verano que son una auténtica delicia. Al igual que en el granadino barrio de los Axares, junto al Darro, una brisa fresca realiza el milagro de que las terrazas de bares y restaurantes se pongan a rebosar en las calurosas noches de verano con las que el clima de Granada “nos obsequia”.

Parece un contrasentido pero, mientras que en la capital hay que dormir con las ventanas abiertas, los asiduos de “Pinillos” llevan como prenda obligatoria una rebeca con la que protegerse del frío. Ya Henríquez de Jorquera se refería a este lugar en los siguiente términos: “Gozando de las márgenes del plateado Genil, a la parte oriental de Granada á una legua de ella el rio arriba, está el lugar de Pinillos, lugar deleitoso y fresco…en sitio regalado de cazas, frutas de invierno y buena cría de seda”.

No tiene Pinos Genil, ni falta que le hace, un patrimonio arquitectónico excesivamente amplio. Aparte de la antes citada estación del tranvía, la Iglesia Parroquial de Santa María Magdalena que, como casi todas las de la provincia, está construida, tras la conquista de Granada por los Reyes Católicos, sobre la antigua mezquita de la alquería que era Pinos Genil.

Es una iglesia mudéjar de pequeñas proporciones que, siguiendo la tipología de las mismas, presenta planta de una sola nave, rectangular, con cubierta de madera de lima bordón con tirantas. En la capilla mayor, cubierta por bóveda de crucería y separada del resto de la iglesia por un arco toral de obra, encontramos un retablo barroco en el que aparece una imagen de la Virgen del Rosario.

Por el contrario, tiene Pinos Genil un excelente agua que podemos probar en la fuente que hay en la plaza, junto al ayuntamiento, mientras vemos correr las aguas del Genil en dirección a Granada. Los pueblos que atraviesa un río parecen tener más alegría. Será el canto del agua.
 

¿Que hacer?

Rutas Nuevas