Proponemos al viajero que descubra los secretos del agua en Loja visitando esta localidad estratégicamente asentada a medio camino entre Granada y Málaga y donde el agua brota en cualquier rincón. Existen más de 100 fuentes registradas en la localidad lojeña y en algunas dicen los hogareños que nunca ha dejado de salir agua, incluso en los tiempos más difíciles. Tras la venida del islam fue cuando Loja adquirió su verdadera dimensión urbana, por eso no es de extrañar que la cultura islámica esté tan presente en este pueblo.

De las muchas cosas que podemos hacer en Loja recomendamos una primera parada en la fuente de los 25 caños o de la Mora. Se localiza en el barrio de la Alfaguara. Es una de las fuentes que tiene su origen en los remotos tiempos musulmanes y su historia está relacionada con los pasadizos secretos. Dicen que había pasadizos secretos que comunicaban la fortaleza con un nacimiento de agua que abastecía a la ciudad amurallada.

No es hasta el siglo XVI cuando la fuente se modela con todos sus caños tal y como está ahora. No obstante, el viajero debe saber cuando vaya a beber agua en alguno de esos caños que hay una leyenda que cuenta que sus aguas vieron fraguarse una bella historia de amor entre una joven mora y su amante cristiano. Según la leyenda a aquel que beba de cada caño le sucederá lo mismo.

Cerca de la fuente de la Mora el excursionista puede ver el lavadero común, cuyas aguas nacen del manantial del Borbollote. La fuente de la avenida de Jesús también tiene su historia. Es una fuente a modo de abrevadero con una gran ‘balsa’ de piedra y con dos caños. Es utilizada para saciar la sed tanto de las personas como de la caballería.

La originalidad de esta fuente reside en el origen de sus aguas. De su caño derecho emana agua de la sierra que proviene del manantial del Confín. La del caño izquierdo llega directamente de la red municipal. Una de las fuentes que el viajero se va a encontrar en el casco urbano es la de la plaza del Ayuntamiento también conocida como la del ‘Moco’. Este sobrenombre le viene por el verdín que cada cierto tiempo la cubre casi por completo. Está a escasos metros del palacio del general Narváez, hoy día casa consistorial.

Ramón María Narváez

Ramón María Narváez, que nació en Loja, fue uno de los personajes que dirigió la historia del siglo XIX en España. Sus restos descansan en el barrio del Mesón de Arroyo, en un mausoleo diseñado por él mismo antes de su muerte.

El pilar de la plaza de la Constitución es otra de las estampas que se debe contemplar. Tiene la torre de la iglesia mayor a sus espaldas. En el casco urbano otras fuentes en las que puede saciar su sed el viajero o recrear su vista son la de la plaza Joaquín Costa o del Pósito, la del Mercado, la de la Alcazaba, la plaza de la Alcazaba, la de los Victorios y el pilar de las Damas.

Antes de ir a algunos de los parajes naturales y fuentes del exterior le recomendamos pararse en el mirador de Silvanya, inmortalizado para siempre gracias a los hermanos Marx al aparecer en su película ‘Sopa de Ganso’, probablemente la más famosa de las que hicieron. Es el lugar desde donde mejor se observa la Torre Ochavada de la Alcazaba y el valle.

En el barrio de la Alcazaba, donde antes hemos recomendado algunas fuentes, también hay que visitar la Torre del Homenaje, el patio de armas y el aljibe y el caserón de los Alcaides Cristianos, museo histórico de la Alcazaba. En este apasionante paseo por Loja el viajero tampoco debe olvidarse de contemplar el barrio del Puente y el barrio alto donde la ciudad se extiende hacia la sierra.

Durante la estancia en Loja (también recomendamos que pernocten en alguna pedanía), el viajero debe hacer alguna escapada al monumento natural denominado Los Infiernos (tiempo estimado en llegar desde Loja en coche cinco minutos y andando unos 20), Las Chorreras (andando se tarda en llegar unos veinte minutos) y el charco del Negro en la sierra de Loja. Todos ellos sitios espectaculares. También se puede ir un día al Centro de Interpretación Ambiental de Riofrío, lugar conocido por su piscifactoría, sus truchas y su caviar, el mejor del mundo, según expertos paladares.