Cura antiestrés. Sin muchos tratamientos, pero sí con un entorno natural aislado y más que recomendable. Todo eso lo encontrará el viajero muy cerca de la capital de la Alhambra, a no más de cincuenta kilómetros, en el poniente granadino, concretamente en el pueblecito de Salar y en el alojamiento rural finca de Las Calmas. Sí, en este destino se respira mucha calma.
La finca, con una extensión de 26.000 metros cuadrados, está situada en una zona elevada y rodeada de olivos y almendros en el poniente granadino. Es un espacio muy abierto y desde las habitaciones de este alojamiento rural ñseisñ se pueden contemplar bonitas panorámicas de las sierras de alrededor: Sierra de Tejeda o la Sierra de Almijara, y también Sierra Nevada. En estos días de frío el viajero podrá disfrutar del genuino sabor de una chimenea sita en el salón social. También hay gimnasio y una piscina, pero esa estancia se reserva para el verano.
En la finca, el viajero puede aprovechar para dedicar muchas  horas a la lectura o para pasear por los alrededores del alojamiento. Los más deportistas pueden practicar senderismo y también hacer varias rutas en bicicleta. El paisaje en el transcurso de las rutas es de lo más variopinto. También hay cerca algunos lugares para el avistamiento de aves.
Además de rodearse de tranquilidad en este alojamiento, el viajero debe desplazarse hasta el pequeño pueblo de Salar, del que forma parte esta finca, y que es una verdadera delicia. Está salpicado de numerosos parajes naturales de una gran belleza, como la Fuente Alta o la Cruz de Marino. En el límite de su término municipal con Loja se encuentra la llamada Cueva Monea que guarda estalactitas y estalagmitas. La Cueva del Bañuelo es un manantial de aguas semitermales. Nadie debe irse de Salar sin visitar la Torre Mora, un magnífico monumento; y la iglesia parroquial de Santa Ana. Y tampoco sin probar su rica gastronomía.

Como alternativa puedes visitar Loja y disfrutar de sus monumentos.