La zona más abrupta de la costa granadina posee unos majestuosos acantilados, que el viajero puede empezar a admirar después de pasar Torrenueva, localidad a la que podemos llegar desde Granada, cogiendo la A-44 en dirección Motril y, una vez en el municipio motrileño, por la N-340, en dirección Almería.

Después de admirar los acantilados de esta localidad, nos dirigimos por la misma carretera hacia la Playa de La Rijana, perteneciente al término municipal de Gualchos-Castell de Ferro. Esta espectacular playa, cuya señalización es poco visible, merece una parada para disfrutar del sol y de la tranquilidad de la zona. A unos 5 kilómetros, se encuentra la torre de la Condenada, o el Arrayán, según se le ha llamado a lo largo de su historia.

Después de admirar los paisajes de esta zona, continuamos por la carretera e iremos haciendo pequeñas paradas por los miradores, que nos ofrecen unas vistas impresionantes y desde donde también se pueden divisar las escarpaduras y precipicios, antes de llegar a la localidad de Castell de Ferro.

Una vez hemos llegado al término municipal, contemplaremos la majestuosa fortaleza que preside el pueblo, con la playa debajo y, a continuación una costa que se vuelve interminable a la vista, con las ciudades almerienses que se adivisan a lo lejos.

La ruta finaliza en Castell de Ferro, cuya población se encuentra después de la fortaleza que se encuentra encima de ella y que tuvo un importante papel estratégico por su ubicación. Sirvió de defensa tanto de las ramblas que lo rodean y que sirven de acceso natural a la zona de la Alpujarra, como de vigilancia de la costa del Reino de Granada.

Su playa, la iglesia, que data del siglo pasado y la fortaleza cuyo origen se remonta al siglo XIII son algunos de los lugares de interés.