Vanguardia culinaria y sutileza sonora. El restaurante Fluxus, situado en la calle Nueva San Antón, se presenta como una original e innovadora apuesta de imaginativa puesta en escena. Su concepto va más allá de las fronteras granadinas. Con influencias conceptuales de garitos pertenecientes a las grandes ciudades europeas, su abanico de posibilidades lo hace único.

Sus suculentas tapas a pie de barra y sus jugosos platos para disfrutar en sus aposentos, son acompañadas por un juego de luces variantes en compañía de una selección musical que evoca a esas noches de mezcolanza urbana. Y es que este garito cuanto menos es inimitable por su elasticidad cromática y su detallismo para con el cliente. Su apuesta culinaria cabalga entre la tradición peninsular y las influencias mediterráneas, al tiempo que acoge pinceladas de cocinas como la italiana u la japonesa. Entre sus especialidades se encuentra el «Rodaballo con crema de brócoli y coliflor, ajos fritos y almendras tostadas» o el «Magret de pato con permantier casado con confitura de pétalos de violeta y ganchitos de amor». La joya de la carta es la llamada «Flor eléctrica combinada con la carrillera», un manjar de excitante sabor que no dejará papila gustativa indiferente. Además, su carta se compone de una extensa variedad de ensaladas para ser acompañadas con las mejores uvas del territorio nacional. No rasga bolsillos y ofrece una calidad-precio inigualable, surtiendo al cliente con los mejores productos.

Un concepto de base

Su nombre se lo debe al movimiento artístico nacido en las postrimerías de los años 60, cuyo postulado defendía la adopción de distintas ramas que no mira sólo el lenguaje sino que apuesta por el arte total, algo que se mastica con todos los sentidos en este luminoso enclave. Con un Dj que combina texturas de lounge, jazz, trip hop o deep house, su clientela goza de comidas y cenas tras las que se puede mantener una amena conversación junto a licores de distinguidas firmas. En definitiva, este templo del buen gusto combina el movimiento diurno con la sinuosidad nocturna permitiendo al cliente disfrutar de una fructífera velada hasta altas horas de la madrugada, siempre en compañía de una exquisita selección musical y un servicio verdaderamente atento.