Para sustituir la ermita construida en Benalúa en el siglo XVII, se hizo una nueva iglesia, en estilo neomudéjar, que fue bendecida en 1864 bajo la advocación y título de Nuestra Señora del Carmen.

 

Este templo, de planta basilical, se quedó pequeño a mediados del siglo XX. La solución tardó en llegar, y cuando se dio no fue la más acertada. En 1965 se añadió al eje principal de la iglesia, en sentido perpendicular y por el paño derecho, una nave amplia, pero desintegradora y fría, con lo que el recinto antiguo pasó a ser el presbiterio de la nueva iglesia, en la que se abrió un gran arco de conexión.

 

Posee un rico artesonado con cuatro tirantas en el cuerpo principal y seis en la cabecera. Entre las obras artísticas que guarda, cabe destacar una escultura de la Virgen del Carmen, obra de Domingo Sánchez Mesa, y otra imagen anónima de la misma virgen, más antigua, pero no de talla. Hay también una escultura de San Antonio, de gran expresividad; un San José y un Cristo Crucificado completan la imaginería más relevante de esta iglesia. Es digno de mención igualmente un cuadro de formato grande con la figura de San Torcuato.