Puerta de la Justicia

El acceso principal de la muralla meridional de la Alhambra era la puerta de la Justicia o de la Explanada, o bab al-Sarí’a, erigida por Yusuf I en 1348, dentro de la imponente torre, como lo dice su lápida fundacional.

 

En la torre está la puerta abajo, una planta intermedia para el alojamiento de la guardia, y arriba la terraza. El exterior está formado por un gran arco de herradura apuntado, con la mano de Fátima en la clave, símbolo de salutación y para otros de fertilidad, que cobija un arco de igual diseño pero más pequeño, de entrada al interior de la puerta, en cuya clave está la llave símbolo del poder y propiedad de los sultanes nazaríes. En los capiteles del arco pequeño hay una inscripción cursiva entre la que se cita la sahada o profesión de fe islámica. Esta es la traducción de Emilio Lafuente Alcántara:
“No hay Dios sino Allah, y Mahoma es el enviado de Allah. No hay poder ni fuerza sino en Allah”.

 

Entre ambos arcos hay un espacio libre o cielo abierto para proteger la puerta desde la terraza arrojando piedras u aceite hirviendo. Colocaron los Reyes Católicos encima del arco pequeño una imagen de la Virgen y el Niño en medio de un gran paño de azulejos vidriados musulmanes. Se conservan las hojas de madera enchapadas en hierro originales.

 

Es una puerta de doble recodo con bóvedas distintas adaptadas a los espacios que cubren (esquifada, baída y de cañón con lunetos). Como ocurría en la puerta de las Armas de la Alcazaba los ladrillos constructivos de las bóvedas son enfoscados y pintados de nuevo con almagra. Podemos ver los arcos con sus bancos de descanso de la guardia, y una estructura de madera en donde encajaban las altas lanzas uardia, y una estructura de madera en donde encajaban las altas lanzas. En su interior se hizo una capilla con retablo en 1588 por Diego de Navas, y a su lado una lapida puesta en 1599 y que conmemora la conquista de Granada y de la Alhambra y la construcción del gran aljibe en 1494. El arco interior que da acceso a la medina, de herradura apuntado, tiene unos hermosos azulejos de cuerda seca de colores, con trama de sebka.

 

Esta puerta se convirtió en la más importante de la Alhambra en el siglo XVI, cuando pierde su utilidad la puerta de las Armas. El cubo de artillería que se construyó para protegerla a un lado y debajo el pilar de Carlos V, dejaban exenta toda la subida y visión de esta magnífica puerta.

 

Desde la puerta de la Explanada se accedía por el foso hasta la puerta del Vino. En este foso, a la derecha, podemos ver empotrados muchos bordillos o lápidas de sepultura de arenisca, algunos conservan su decoración, que sin duda pertenecieron al cementerio de la Sabika, el maqbarat al-Sabika, y que fueron puestos allí probablemente en el siglo XVI para darle fuerza a la muralla.