Real Chancillería

Es el lugar con más leyes. El auténtico refugio de la justicia. El gran monumento de las normativas y las proporciones. La Real Chancillería de la capital granadina, enclavada en un lugar privilegiado como es plaza Nueva, cuenta con siglos de historia y con grandeza arquitectónica. Sólo hay que mirar y admirar su fachada.

Actual sede del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, la creación de la Real Chancillería fue idea de los Reyes Católicos, quienes en 1505 decidieron trasladar la Audiencia desde Ciudad Real a Granada. Fue un alto tribunal para la administración de justicia heredero de la Chancillería de Ciudad Real que se trasladó a Granada, después de ser incorporada a Castilla. Así, las leyes siempre han estado presentes entre las paredes de este edificio que debió construirse según los archivos hacia 1530, en el reinado de Carlos V.

Cuando se produjo el traslado de la Audiencia, Chancillería o Tribunal Superior de Justicia, de esta institución dependían amplios territorios de la Corona (Andalucía, Extremadura, Murcia, Castilla-La Mancha y las Islas Canarias). A lo largo del siglo XVI adquirió mayor poder, gobernada por el Real Acuerdo (el presidente y los oidores).

Si bien, durante el siglo XVIII fue perdiendo poder y competencias al crearse la figura del intendente. Asimismo, Extremadura y Andalucía occidental quedaron fuera de su jurisdicción. Por Real Decreto de 26 de enero de 1834 fue sustituida por la Audiencia Territorial de Granada. Sus fondos documentales se conservan en el archivo de la Real Chancillería de Granada, que a lo largo de los años ha experimentado un importante peregrinaje por diferentes inmuebles.

La Real Chancillería, edificada en la primera mitad del s. XVI, el patio principal fue creación de Diego Siloé -autor de muchos de los edificios de la época- hacia 1540. Su fachada, influencia del manierismo italiano, con muchos y variados elementos decorativos, dicen que es un primer apunte del barroco que empezaba a introducirse en España.

En plaza Nueva, la portada principal llama la atención de propios y extraños. Es de gran interés. Tiene dobles pilastras corintias, arco de medio punto con granadas en las enjutas y placa conmemorativa sostenida por un león, además de un gran balcón con frontón triangular central. El monumento cuenta con un zaguán con escalinata y arcada de acceso al patio cuadrado, decorado con columnas de mármol blanco, toscanas y arcos de medio punto.

Por la fachada principal pasan, por otra parte, cada día decenas de hombres y mujeres de leyes que tienen el privilegio de acceder a este monumento. Al ser la sede del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía las visitas al interior son complicadas.

No obstante, sólo por mirar y admirar su fachada principal merece la pena darse un paseo por plaza Nueva. Hace dos años, la Real Chancillería de Granada celebró su quinto centenario. En los últimos años algunos colectivos también han pedido que se conserven y cuiden más algunas de las paredes del inmueble.

Este edificio puede presumir, además, de ser de los pocos que no ha cambiado de usos. En 1505 se creó para impartir justicia y así sigue. Con más o menos poder, con más o menos competencias, la Real Chancillería, que los Reyes Católicos trasladaron a Granada para darle más señorío y ennoblecerla, sigue dando hoy por hoy peso judicial y belleza a la ciudad granadina, «capital andaluza de la justicia».
 

Datos

Un poco de historia: La creación de la Real Chancillería fue idea de los Reyes Católicos, en un gesto más para ennoblecer Granada. En 1505 decidieron trasladar la Audiencia desde Ciudad Real a Granada. Pero el edificio actual debió de construirse hacia 1530, en el reinado de Carlos V. La fachada y la escalera están consideradas como los elementos mas singulares del edificio. Sobre muros de piedra franca, destaca la ornamentación y molduras de puertas, balcones y ventanas de piedra de Sierra Elvira. Siempre ha estado presente la justicia.

Horarios de visita: Es la sede del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía y no hay, pero sí se puede ver y admirar la fachada.