Construida sobre una elevación rocosa y visible prácticamente desde todos los puntos de Loja, llama poderosamente la atención este recinto amurallado de Loja en el interior del cual se encuentra el Caserón de los Alcaldes Cristianos. Parte integrante del sistema defensivo fronterizo ha sido utilizada a lo largo de la historia como residencia, almacén, cárcel y cuartel. Tanto el aljibe como las murallas fueron declarados Monumentos Histórico-Artísticos en junio de 1931.

 

Hasta nuestros días hay conservados varios restos interesantes del aljibe del siglo XI, la torre del homenaje y un cinturón de murallas. Así mismo, se conservan, en la línea interior de la muralla, trece torres de planta cúbica, cuatro semicirculares y una octogonal, realizadas todas ellas en mampostería caliza con algunos restos de ladrillo. También han perdurado en distinto estado de conservación varias puertas como la de Jaufin. Las esquinas terminan con sillería de toba calcárea.

 

El aljibe, con un volumen de 286 metros cúbicos, constituía la única posibilidad de abastecimiento. Localizado en el patio de armas consta de tres naves, semisubterráneo, con claraboyas en su plataforma de cubierta por las que se abastecía del agua de lluvia.

 

En cuanto a la torre del homenaje Elisa Álvarez y José Luís Luque en su completo e interesante trabajo sobre El patrimonio arquitectónico y urbano del Poniente Granadino (2001) lo consideran el más antiguo del conjunto, probablemente de Época Omeya (s. IX). A continuación lo describen cada una de sus partes, repartidas en dos plantas con tres vanos. El principal, al este, se considera la entrada monumental y cuenta con un arco de medio punto. Detrás de la misma se encuentra otra bóveda de cañón y por último la puerta de acceso sobre cuyo alfiz aparece una inscripción de caracteres cúficos y una representación de la llave, habitual en las representaciones nazaríes.

 

Por su parte Esther Galera en su obra Loja (2000) manifiesta que la torre del Homenaje probablemente tiene su origen en otra de época íbero-romana que sería rehecha posteriormente por los alcaldes musulmances, y muchas veces reedificada hasta el siglo XVIII. Tiene planta rectangular (14,20 x 11,30 m) y su fábrica es de sillería con aparejo a soga y tizón bastante irregular. Interpreta que su altura original pudo elevarse hasta 24 metros.