Río Verde

Gran parte del cauce del río Verde, localizado en el término municipal de Otívar, alberga uno de los ecosistemas más exclusivos del denominado bosque mediterráneo.

 

Se trata de los barrancos de las Chorreras, conocidos también como los cañones de Río Verde, una serie de cortados y desfiladeros por los que discurren las aguas de este río con saltos de agua y pozas que hacen descender el cauce desde 1.200 a 300 metros de altitud en poco más de tres kilómetros.

 

El difícil acceso y su actual protección dentro del Parque Natural de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama, han facilitado la permanencia de espacios considerados como joyas paisajísticas y donde la biodiversidad aún mantiene especies botánicas exclusivas e incluso la presencia de otras que nunca habían sido citadas en altitudes inferiores.

 

La consejera de Medio Ambiente inauguró en el año 2001, una serie de puentes colgantes y senderos diseñados para poder visitar sin dificultades la parte de los cañones de Río Verde a los que se accede por el carril, ahora de peaje (5€ por persona y coche). Los puentes y diques sobre las grandes pozas y cascadas del río, se hicieron después de un gran incendio que destrozó parte de la sierra en el año 1999.

 

En el año 2002, el Gobierno Municipal del Ayuntamiento de Otívar pone en marcha un proyecto que pretende conjugar el ámbito festivo y el de fomento y promoción del principal cultivo agrícola del Municipio, y que constituye la base del sistema productivo local: la níspola.

 

El Día de la Níspola se celebra el primer domingo de abril con los siguientes objetivos:
• Promoción de este cultivo subtropical.
• Recuperación y puesta en valor del patrimonio cultural, folklórico y etnológico del Municipio, en especial del BAILE DEL ROBAO, cuya cuna fue Otívar.

 

Introducir un elemento formativo dirigido a los agricultores-productores de frutos subtropicales, con la intención de concienciar sobre prácticas respetuosas con el medio natural y sobre criterios de calidad en la producción.