Torre de San Bartolomé

La Torre de San Bartolomé es de altas cualidades urbanas y estéticas, calificada por Gómez-Moreno en 1892 como “la más bella obra de albañilería que en Granada existe”, comparable sólo con la de Santa Ana.

 

Responde al tipo característico de mediados del siglo XVI, que se aparta de la sencillez de las torres parroquiales de la primera generación y emplea ya un lenguaje ornamental de lo más significativo. El certero análisis de Gómez-Moreno Calera ve, en tres de las ventanas que definen su verticalidad, una representación de las etapas estilísticas del siglo XVI granadino, todo integrado en el mejor mudéjar: el arte gótico en la central, el decorativismo plateresco en la que se le sobrepone y el equilibrio purista del pleno renacimiento en la primera de ellas.

 

El campanario, mudéjar como no hay otro, enseña sus huecos decorados con albanegas de cerámica de Triana, a cuyos lados se colocan discos del mismo material, esmaltados en azul violáceo oscuro.